sábado, 2 de octubre de 2010

Las diez y diez en todos los relojes

“Eran las cinco en punto de la tarde; las cinco en punto en todos los relojes…”  Sin embargo, y a pesar de los inmortales versos de García Lorca, la hora marcada por los relojes en la mayoría de los anuncios publicitarios, vitrinas, escaparates y lugares de venta no son las cinco en punto de la tarde, sino las diez y diez.

Esta regla, probablemente no escrita, según la cual deben señalar esa hora, no es fruto del capricho, sino de un minucioso análisis estético de la imagen y de su impacto sicológico.


Para empezar, no resultan atractivas las horas en las que las agujas se superponen porque da la impresión de que existe una sola aguja, ni las horas en las que las agujas se oponen, semejantes a una manecilla larga que atravesara la esfera por su centro, como flecha de Cupido.

La situación más equilibrada visualmente, con la esfera dividida en dos sectores, es que uno de ellos sea el doble de grande que el otro. Si la esfera fuera un rostro, las agujas dibujarían una mueca de tristeza a las 08:20 y una sonrisa a las 10:10, con sensación de
happy hour.

La elección no resulta difícil. Además, es la hora a la que nos solemos levantar cuando no hay que madrugar y, por lo tanto, asociada al fin de semana, el entretenimiento y la relajación.


La forma que dibujan las manillas a esa hora tiene un efecto positivo en el usuario del reloj: forman un
tick que comúnmente significa “aceptado” o también “Ok”. El día es aún joven y tenemos muchas horas por delante para realizar cosas.

Si se dibuja un rectángulo dentro de la esfera con el límite marcado por el minutero, el resultado es un
rectángulo áureo. Los griegos lo consideraban de particular belleza y lo utilizaron asiduamente en su arquitectura. Inconscientemente, se diseñan infinidad de cosas que resultan tener la forma de un rectángulo áureo.

Otra ventaja importante es que, a las 10:10, la posición de las manecillas no tapa un eventual calendario, casi siempre ubicado cerca del 3 o del 9, ni el logo del fabricante, normalmente bajo las 12.


Algunas marcas intentan dar un toque de originalidad o rebeldía infringiendo esta costumbre, pero sólo se atreven a modificar la hora ligeramente, como en el caso de
Omega, que señala las 10:08 o de Pulsar, que marca las 10:09. Y aunque esta hora no tenga ya ninguna justificación en los relojes digitales, la mayoría de las marcas continúan utilizándola. 

Puntualmente.



IMAGEN: Uno de tantos relojes marcando las diez y diez.

10 comentarios:

Pascale Lora dijo...

Muy interesante. Cada dia se aprenden cosas nuevas!

JM ;-) dijo...

Te ha faltado decir lo más importante, Félix... fue a las 10 y 10 en punto cuando Jakob Buckhardt von Freiensling, relojero mayor del Emperador de Prusia, mientras paseaba por las calles de Königsberg, dio con la clave del engranaje bidireccional, que permitió a partir de entonces la absoluta exactitud para los relojes de bolsillo. Alborozado por ello, obtuvo del Emperador que a partir de ese momento, todos los relojes de Prusia se vendieran situando las manecillas en esa hora. Incluso Buckhardt prefirió llevar a partir de aquel momento su reloj parado en esa hora, prefiriendo mirar la hora real en las torres de las iglesias.

No quita lo que tú comentas, pero la realidad histórica es la que es...

FG dijo...

¡Magnífica historia, JM! A tu lado, Julio Verne es un pobre aficionadillo. Jaja

Ignacio dijo...

Muy bueno Félix, me dejas patidifuso con tanta erudición y le pongo verde de envidia de lo bien que escribes. Espero el día que nos sorprendas analizando las distintas texturas del flan y su influencia en el cambio climática. Un abrazo.

FG dijo...

Gracias a Pascale por su fidelidad (un beso) y a Ignacio (un abrazo) por su magnífica idea.

Angie dijo...

Genial Felix y sublime JM.
Apoyo los ensayos gastronómicos. Ya sabes que comparto tu afición por la buena mesa, los buenos vinos y, sobre todo, la buena compañía

Un fuerte abrazo desde Zaragoza a todos los seguidores de Felix

Ana Erice dijo...

!Buenos días, querido Félix!:
Amanezco hoy una hora más temprano (6h30...) a pesar de que, por ser domingo, tendría que haberlo hecho a las diez y diez y me llevas a leer tu historia sobre el reloj y las "posturas" de sus horas. Como siempre, original, ocurrente y deliciosa. Gracias por amenizarme esta temprana hora dominical. Cuídate y, sobre todo, sigue escribiendo.
Un abrazotote,
Ana

Roberto dijo...

Leyendo tu nueva entrada no pude dejar de recodar tu anterior versión de este tema ante la inquietud de una señorita en el café del Granados, en Asunción.

Zori dijo...

Joer que bien escribes Gutiérrez! Tantos años desaprovechados en calité...

nelida dijo...

La verdad la verdad nunca me he fijado en ese detalle pero a partir de hoy me va a llamar la atención.